Estas y otras son algunas de las frases con que productores, aeroaplicadores y científicos salieron al cruce de las movilizaciones que se reproducen en distintas poblaciones contra la aplicación de agroquímicos. “No existe ningún estudio científico nacional o internacional que demuestre que el glifosato cause los problemas que se le pretenden adjudicar. Se está exagerando, haciendo un cuco con este tema, cuando nadie ha podido demostrar que este producto cause daño a la salud de las poblaciones. La guerra que se está haciendo se ha vuelto una verdadera caza de brujas”, enfatizaron. Como pocas veces, los interesados salieron al ruedo en defensa de un producto clave para la siembra directa, criticaron la interpretación que se hace de los estudios del microbiólogo Andrés Carrasco, y hasta tildaron de “absurdo” e “infundado” el miedo que se ha instalado en la sociedad. Con esta intención, el diario La Capital publicó este fin de semana un reportaje hecho a Luis María San Román, Gustavo Sutter Schneider y Patricio Lamas, presidente, secretario y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Rural de Rosario. En una extensa charla, manifestaron su preocupación por el miedo generado en la población sobre el uso de los agroquímicos, pero sobre todo del glifosato. “Nos preocupa lo mal que se está manejando este tema y el exagerado miedo de la gente. Porque una cosa es el aplicador que está trabajando directamente con estos productos, y otra es el vecino”, arrancó Piazza. “El glifosato es un herbicida de categoría cuatro, banda verde, por una clasificación internacional basada en la Organización Mundial de la Salud que define a los productos por su toxicidad aguda y por la cantidad que debe utilizarse para que resulte tóxico.