Esteban Kvietkauskas, acusado de matar al disc jockey venadense Mario Bazán, no pudo prestar declaración indagatoria en el juzgado de Instrucción, por una fuerte crisis emocional seguida de un pico de presión arterial. El detenido había ingresado a Tribunales a primera hora de ayer pero se descompensó y debió ser derivado al hospital Alejandro Gutiérrez. En primera instancia la causa está caratulada como homicidio, lo que prevé una pena de 8 a 25 años. Aún no apareció el arma con la cual fue ultimado Bazán, aunque se aguardaba una orden judicial para llevar a cabo un nuevo rastrillaje policial. Lo llamativo del caso, hasta el momento, es que si bien hubo varios testigos de la pelea, nadie se percató del elemento usado por Kvietkauskas para provocar la herida que produjo la muerte de Bazán. Más raro aún es que no haya aparecido el arma "impropia" para el derecho penal, ya que el agresor en ningún momento huyó del lugar. Pese a que en un primer momento se habló de una lapicera, ahora los investigadores no descartan que se trate de una trincheta, un pelacables o un estilete. En tanto, la indagatoria suspendida se postergó hasta que el imputado en el caso se recupere y esté en condiciones de dar su versión de lo ocurrido o se incline por la opción de abstenerse de declarar.