Hoy por la mañana dimos la primicia: un hecho repudiable -relacionado con una amenaza-, habría tenido lugar en las últimas horas en la Comuna, cuando un personaje conocido en nuestro pueblo habría ingresado al edificio mencionado y -tras ver a dos empleadas determinadas-, les habría dicho "sufran, les queda poco". Tras este incidente, la Jefa de Personal (tal como debe hacerse) se dirigió inmediatamente a la Comisaría, donde radicó la correspondiente denuncia. De allí, la causa se elevó al Juzgado en lo Penal de Instrucción de Venado Tuerto, donde se sigue con la investigación. Lo que realmente ocurrió es que un vecino de nuestro pueblo, (cuyo nombre nos reservamos) llegó a la Comuna para inscribirse en el curso de dibujo que están dictando allí; y las empleadas se mostraron reticentes a atenderlo. El hombre, enfurecido, les habría arrojado por la cabeza la fotografía de un ex presidente comunal que se encuentra colgada en el edificio comunal, y les habría dicho "sufran, les queda poco tiempo acá adentro". Ante estas palabras, las dos empleadas se desmayaron inmediatamente. Extraoficialmente, ya que el comisario Pérez se negó a brindar información sobre este caso, se supo que las empleadas responden a los nombres de Olfa 1 y Olfa 2; y que estarían siendo tratadas en el hospital local, ya que presentan un cuadro bastante delicado: Sindrome de Cuarentena. Quienes padecen de este sindrome, lo sufren porque no sabe que pasará con ellos en los próximos días. Allí, en la sala de internación, ambas pidieron papel y lapiz. Las enfermeras, comandadas por la eficaz Generala y Capitana en Jefa Sustituta del Hospital, su Excelencia la Dra. Petit Lorraine; le proveyeron de ese material. Así, Olfa 1, Olfa 2 y Petit Lorraine (que en realidad se encerró con ellas sin que nadie la llamara, pero ella siempre es fiel a su costumbre de estar donde no la llaman); estuvieron encerradas durante dos horas y cuarenta y tres minutos, tras lo cual asomaron al mundo con un sobre que fue lacrado con lágrimas de empleada arrepentida. Lo primero que pidieron fue que se hiciera presente en el nosocomio el presidente comunal electo, Don Alejandro Permingeat. Minutos después, comandando su veloz 4x4, el susodicho arribó al hospital. Allí, en presencia de varias enfermeras, el sobre fue entregado al mencionado Permingeat. Mientras le entregaban el sobre, le dijeron: "Don Alejandro... las tres somos católicas. Y por eso, para que usted nos entienda y nos perdone, utilizaremos una oración: "Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos vecinalistas que intercedan por mi ante Dios, nuestro Señor. Amén". Tras pronunciar esa oración con convencimiento cristiano, le entregaron el sobre. Abordado por la prensa a la salida del hospital, Don Alejandro abrió el sobre y -luego de leer en silencio y para sí el contenido de lo escrito-, derramó ocho lágrimas. Luego, se las secó con un pañuelo bordado por las hacendosas manos de Olga Barra, y fue lacónico: "lo siento... no puedo perdonarlas". Tras decir esto, arrojó el sobre al suelo y huyó. Este blog, en exclusiva, reproduce textualmente lo que escribieron las empleadas: "Amado, idolatrado, impoluto, incomparable y amado Don Alejandro: hemos sido amenazadas. Tenemos miedo. Queremos convertirnos a su religión... dejar de ser Mirtistas y pasar a ser Alejandristas. No sabemos que hacer para que usted perdone todas nuestras traiciones.. y por eso, se nos ocurrió escribirle una canción que es de nuestra autoría y que dice así:Oid vecinos, el nombre sagrado: Permingeat, Permingeat, Permingeat ¡Oid el ruido de tacos corriendo: ved como huyen antes de Navidad!Yo mi sueldo dignisimo dono para usted, mi adorado Permingeat, para que las obras del pueblo respondan ¡Al gran Alejandro salud!Coro (aquí se une Petit Lorraine a cuerda vocal desencajada)Sean eternos los chanchullos que supimos negociar: coronados de gloria vivamos o juremos con Mirta morir.PD: Don Alejandro... no nos abandone. Olfas del de turno... como siempre. Siempre suyas.