El se postula para ocupar el trono por otros dos años. El que se fue, quiere volver. Los dos están en campaña. Lo que no sabe el actual es que el "otro" le usa las mismas fichas para hacerse lugar. Uno sabe que pierde por inútil, pero sueña con que ganará; y el otro sabe que gana por vivo, soñando que la gente es frágil de memoria. La cuestión es que ambos ya están acordándose de las necesidades de la gente, y comenzó el reparto de chapas, ladrillos, video cables, etc etc etc. Sin embargo, el nido de traiciones ya empezó a empollar su cría. Ella está donde está por motivos que se desconocen. Ni título tiene, pero jura -viene jurando desde hace años-, que se recibe el mes que viene. Lo acompaña al jefe a recorrer el pueblo para conocer cuales son las necesidades de la gente, y se deshace en atenciones para con los más necesitados. Claro...lo que "jefecito" no sabe es que la muy traidora, cuando llega a su casa a la tarde, lo llama al "anterior" para pasarle la data de lo que necesita Juancito o Pedrito, y ahí sale el "anterior" para entregarle, de cuerpo presente, lo que esa persona necesita. Y es ahí donde le "afana" el votito. Fue un pacto hecho entre gallos y medianoche: "si trabajás para mí, te quedás". Y dentro del mismo palacio, son muchas las que atienden el teléfono -o atienden en vivo y en directo-, para recibir pedidos. Y actúan de la misma forma: corren a avisarle al "anterior" que fulano necesita ladrillos o chapas. En resumidas cuentas: los que juran amor eterno, con tal que les renueven el contrato en la próxima gestión, o por ser los olfas preferidos del que se sentará en el sillón mayor a partir de diciembre, ya están traicionando a diestra y siniestra. Incluso, desde una radio obscena y descaradamente oficialista de esta gestión, se "derivan" los pedidos de ayuda a un teléfono fijo, que suena muy seguido y despierta a otro ex mandatario histórico que duerme a pocos pasos de donde suena ese teléfono. Adivina adivinador. Y mientras tanto... que la inocencia te valga.