La falta de lluvias en la zona núcleo lleva dos meses y su impacto puede ser el más grave en casi medio siglo. Los productores también se deshacen del ganado por la falta de pasturas. Los ingresos fiscales se equilibran con la suba de precios internacionales. A diferencia de la sequía que impactó en la producción agrícola en la campaña 2008/2009, esta vez es la zona núcleo la que concentra los perjuicios por la acuciante falta de precipitaciones. Los especialistas coinciden en que la actual sequía está más extendida que la anterior y, además, se inició antes, lo que podría convertirla en la mayor registrada en 46 años. Día tras día, la seca que se inició en diciembre se extiende y deteriora los cultivos. Los campos maiceros corren riesgo de perder el 60% de la producción, porque la cosecha se juega este mes, mientras que la de la soja tiene algunas semanas más de margen, hasta febrero, a la espera de las ansiadas lluvias.