Era una perra preñada. Un joven, creyéndose gracioso, la pasó por encima con su pickup. Como no la mató, dio marcha atrás y volvió a pisarla para asegurarse que muriera. El hecho ocurrió el viernes pasado, cuando un joven de nuestro pueblo (al que todos conocemos), circulaba por calle Belgrano. Al llegar a la intersección de esta arteria con José Roberti, se cruzó de mano para poder atropellar "con comodidad" al animalito que se encontraba sobre la mano contraria. En primera instancia, la pasó por encima, ante lo que la perra quedó moribunda. Como no le bastó con tamaño acto de salvajismo, el conductor frenó, puso marcha atrás en su camioneta y volvió a pasarla por encima, de manera de asegurarse que la perra, finalmente, muriera; hecho que ocurrió a los pocos minutos, pese al intento por salvarla de varios transeúntes. Esto ocurre en Teodelina, donde la Protectora de Animales brilla por su ausencia (aseguran que ellos no pueden denunciar este tipo de hechos, a menos que "lo vean en el momento"), donde la Comuna pareciera odiar a los animales y donde los jóvenes cometen este tipo de actos a pocos metros de donde -históricamente-, se yerguen las estatuas de los inspectores de tránsito. Mientras tanto, la culpa la tenemos los periodistas, porque "desinformamos" y tenemos "intereses creados" en todas las esquinas. Sigamos así. Vamos por el buen camino.
