A principios de semana, los empleados del Banco de la Nación Argentina amenazaban con un paro que se haría efectivo ayer miércoles en todas las sucursales de la entidad bancaria del país. Desde el Ministerio de Trabajo se dictó una conciliación obligatoria por 10 días, pero el conflicto laboral sigue latente. El reclamo pasaría por mejoras en las condiciones laborales y salariales y el pase a planta permanente del personal tercerizado, según anunciaba el gremio. La medida, precisaban los dirigentes de la Asociación Bancaria, se “realizará en demanda de mejores condiciones laborales, que los tercerizados del Nación pasen a la planta de la entidad, por un adicional de antigüedad para todos los empleados del banco, y por la jerarquización de la carrera bancaria”. Según advertían los gremialistas de los empleados bancarios, el paro “afectaría el normal desarrollo de las actividades diarias de la entidad entre la que se destaca la mesa de dinero, que compra y vende dólares”. Al ser dictada el martes a la tarde la conciliación obligatoria, el paro, en caso de realizarse, podría ser declarada como ilegal, y así se podrían poner en riesgo los puestos de trabajo de aquellos empleados que decidieran hacer caso omiso a la medida legal dictada y hacer efectivo el paro. Aunque finalmente la medida de fuerza no se realizó, el conflicto sigue latente.