CARTA DE LECTORES

Tras las últimas elecciones nacionales, como es público y conocido, Cristina Fernández de Kirchner resultó reelecta con un amplio porcentaje de votos. Una lectora, ante este resultado, envió a nuestro medio una carta de lectores en la que indica: "Señora, yo no la voté. Yo al igual que muchos otros que no tuvimos la oportunidad de elegir en este país, yo que pago mis cuentas y tengo una conducta intachable, yo que tengo una formación académica gracias a los malabares que hicieron mis padres para que sobreviviera a la “educación pública tan particular de mi país”, yo que trabajo doce horas todos los días y no llego a fin de mes y tampoco puedo acceder a comprarme los libros que necesito para seguirme formando. No la voté, como tampoco la había votado antes, sinceramente porque no me interesan los tratados internacionales cuando los sueldos de los empleados estatales están devaluados, cuando un egresado de una universidad no tiene inserción laboral digna y debe trabajar a cambio de la nada misma y en negro. Para ser honesta, no pude informarme sobre lo que prometían todos porque en mis horas libres que son seis, tengo que dormir. Pero igual no le creo. No la voté porque pienso que la trata de personas tiene más desaparecidas que en la dictadura, que todos los días en la República Argentina desaparecen cuatro niños menores de 14 años y que sus familias tienen que trabajar para subsistir en este país que no se los devuelve mientras usted busca desaparecidos políticos del proceso militar, y en muchos casos no los buscan porque tienen miedo porque los prefieren lejos a que se los devuelvan muertos. No la voté porque me duele renegar de mi país, yo también quiero que sea industrializado pero no a costa de la falta de pago de sueldos a empleados públicos y de falta de insumos a colegios y hospitales y de aumento del transporte de pasajeros. No la voté porque mi notebook, que es una herramienta de trabajo y no la uso para chatear, me la compré yo; mi heladera la heredé de mi abuela, no puedo ni soñar con tener mi primer 0km y no tengo hijos porque no puedo ofrecerles una calidad de vida y no pretendo que mis compatriotas me los mantengan. Al igual que muchos otros, no la voté. El domingo en la puerta de la comisaría a las 7 y media de la mañana éramos 50 personas: algunos no tenían hecho el cambio de domicilio y por razones de trabajo o estudio están lejos de sus casas, otros no contaban con el dinero para volverse a votar, muchos no aparecieron en los padrones y otros tantos tras recorrer colegio por colegio buscándose no se hallaban donde le indicaban en el comité electoral, pero no porque sea mi caso particular, usted sabe por qué yo y otros como yo no pudimos votar? Porque fuimos víctimas de la inseguridad, a mi me robaron en la calle instrumental de trabajo y documentos personales en Mayo, tramité mi nuevo DNI y todavía lo espero, sí, cuatro meses después por lo cual tampoco voté las veces anteriores y se ha demorado en muchos trámites personales desde la entrega de mi diploma hasta solicitudes de trabajo. A mí no se me respetó el derecho civil de votar en mi país. A mí y a tantos otros y otras que estaban allí formando la cola a la vuelta de la manzana para justificar lo injustificable. Pero hay muchos otros que no la votaron, que no figuran en los padrones, que no asisten al colegio ni a los hospitales, excepto que vengan en una emergencia, hay muchas personas que no existen, que están de prestado en esta vida, que compran, que venden, que sufren. Que no existen porque sus padres tampoco existen y por lo menos hasta ahora no se acepta que las personas vengamos del repollo, que tienen miedo de ir a anotarse o no pueden hacer la peregrinación en los juzgados o no les convino a sus padres por vivir del delito. En la comisaría de San Juan y Paraguay, Rosario; Santa Fe, Argentina habíamos más personas que en los colegios esperando las urnas", concluyó.