VIVIMOS EN TEODELINA... VIVIMOS EN EL LEJANO OESTE

Es fácil llenarse la boca prometiendo en campaña. Pero sería bueno que pusieran las barbas en remojo y tomaran las decisiones que hay que tomar. Anoche, mientras la directora del hospital vaya a saber uno donde estaba; mientras el presidente comunal y todo el séquito de improductivos que lo rodea estaban tranquilamente cenando en su casa; mientras el médico de guardia del hospital departía amablemente con su esposa en su domicilio... un joven de nuestro pueblo fue atropellado en un accidente involuntario. En cualquier pueblo maduro, civilizado y con un gobierno que luche por mejorar la calidad de vida de sus habitantes, una ambulancia del servicio de emergencias 107 acude a socorrerlo inmediatamente. Máxime si el accidentado pide auxilio y expresa no ver dado que su cara estaba totalmente ensangrentada por el fuerte impacto recibido. En otros pueblos... Acá, el joven tuvo que ir caminando al hospital, porque el ambulanciero no estaba en el centro asistencial. Exactamente quince minutos después, un nervioso médico pasó por el lugar del accidente con la cabeza casi fuera de su auto, gritando "cuidado, voy a ver a un accidentado". Muchas veces, los ciudadanos me envían mails haciendo denuncias contra fulano o sultano, y mi contestación es: "yo publico, pero necesito tu nombre y apellido". Y lo pido porque -si no soy testigo directo de la denuncia- no puedo hacerlo. Pero, para desgracia de muchos, yo estaba anoche en el mismo lugar donde ocurrió el accidente. Desde mi teléfono celular llamé inmediatamente al 107 a la hora 21.48. Me atendió una mujer a quien le pedí la inmediata asistencia de una ambulancia, dado que el joven gritaba que no veía y tenía la cara llena de sangre. La contestación de la mujer fue "pere un ratito". Y "peré un ratito". Pero cuando pasó el ratito, me di cuenta que me había colgado. Fue entonces cuando volví a llamar y su contestación esta vez -acaso más enferma de los nervios que la vez anterior-, fue que por favor tuviera paciencia PORQUE EL AMBULANCIERO ESTABA EN SU CASA Y ELLA YA LO HABÍA LLAMADO. Traducido: ante un accidente, el accidentado debe esperar con una pérdida importante de sangre, un ojo fuera de su agujero, pérdida de masa encefálica y cuatro fracturas expuestas tirado en alguna calle de nuestro pueblo a que el ambulanciero se digne a llegar desde su casa al hospital, poner en marcha la ambulancia, asistir hasta el lugar del hecho y trasladar el accidentado hasta el hospital. Dicen los que saben que los primeros minutos de un herido son fundamentales en su recuperación..........Así fue como el joven se fue caminando hasta el hospital. Entonces, concluyo: la culpa no es de la mujer que me atendió por teléfono. La culpa no es del ambulanciero. La culpa es nuestra. La culpa es nuestra porque seguimos callados ante casos claros de abandono de persona, como éste. La culpa es nuestra por tolerar que una persona que no demuestra madurez ni capacidad para ocupar el sillón de directora del hospital continúe sentada allí. La culpa es nuestra por escuchar cuales idiotas la noticia que indica que nuestro presidente comunal se reúne con sus pares de la región para "estudiar" el tema seguridad. La seguridad de un pueblo también se logra a través de la salud. Quiero ver cual es la reacción de nuestras autoridades ante este hecho. Quiero ver si la directora del hospital tiene la nobleza, la dignidad y la entereza de cualquier ser humano para reconocer que es hora de renunciar. Nada de esto pasará. Estoy seguro. Pero sepan que pido formalmente la renuncia de la Dra. Nerina Echeverría por no saber manejar el hospital -esta es una prueba irrefutable-, o no querer hacerlo. Pido también que el presidente comunal tome cartas en el asunto y pida la renuncia -como recurso ético-, a la Dra. Echeverría. No creo que sea necesario llegar al límite que casi llegamos una vez -una pueblada-, con el tema del director del hospital. Tengan vergüenza, tengan urbanidad, tengan un poco de testículos u ovarios para darse cuenta que las cosas se les fueron de las manos. Y recuerden que ustedes también tienen hijos. ¿Cuál sería su reacción si un día a alguno de esos hijos alguien lo atropella y tiene que caminar tres cuadras hasta el hospital porque inoperantes no saben hacer bien las cosas?. Al menos, tengan la dignidad de mirarlo desde esa óptica. Estamos en época de campaña política. Espero que, -aunque me de vergüenza tener que decirlo-, aunque sea por ese motivo se interesen por mejorar la CPHTSA (Clínica Privada Hospital de Teodelina S.A), y den el primer paso en su mejoramiento: la renuncia de su directora. Pero claro... nada va a pasar. Total... en el pueblo son mansitos. Usted, que está leyendo esta nota... ¿sabe si su hijo/hermano/padre en este momento no está tirado en alguna calle de nuestro pueblo, desangrándose porque en Teodelina todo nos chupa un huevo?...