Nuevamente, el profesro Carlos Solero envió una columna para este medio. En ella, hace referencia al "sindrome de Kazan". En su escrito, Solero indica: "Elia Kazan (foto), fue conocido y reconocido como un cineasta capaz de reflejar con sensibilidad y talento las miserias y contradicciones de la sociedad capitalista. Kazan, nació en 1909 y pertenecía a la minoría de griegos que vivían en Turquía durante el dominio del Imperio Otomano que duró hasta 1928. Algunas de las películas que hicieron famoso a Elia Kazan fueron: Un tranvía llamado deseo (1951), Viva Zapata (1952), Nido de ratas (1954) y hasta filmó en 1976 El último magnate basada en la novela de F.Scott Fitzgerald. Cuando la persecución ideológica contra pensadores, artistas y escritores asoló EE UU, Kazan ex miembro del partido comunista no dudó en denunciar ante la Comisión de actividades antinorteamericanas a sus antiguos compañeros de ruta. Deleznable actitud que le permitió salvar el pellejo en medio del temporal maccarthista. Además esto le permitió seguir filmando y disfrutar de honores y ventajas mientras actores de la talla de Humprey Boggart y Lauren Bacall padecían la censura, dramaturgos como Arthur Miller resistían y Charles Chaplin debió partir de retorno a Europa a un forzado exilio. La Academia de Hollywood premió a Kazan con un Oscar honorífico y entonces como bien dice León Gieco, emergió la memoria hasta estallar y el galardonado Kazan fue fustigado por hombres irreductibles que como Marlon Brando recordaron que no estaban actuando, sino viviendo la ruda vida que impone este sistema y recordó con desprecio a Kazan como un soplón. En esta época, en la que en muchos casos se hace de la traición un elogio de falso coraje, vale la pena recordar esta sórdida historia de un artista que eligió su bienestar a costa de la vida y la libertad de los otros. Que el síndrome Kazan no se expanda la solidaridad puede más", finaliza. Para comunicarse con Carlos A. Solero, enviar mail a: casolero_1@hotmail.com