En su última columna, Carlos Solero expresa: "Acaso la horda primitiva haya sido uno de los primeros tipos de agrupamiento humano, frente a las imposiciones climáticas, la necesidad de buscar alimento y refugio el reunirse para enfrentar las dificultades y la adversidad este tipo de convivencia ha sido producto más de la compulsión que del deseo. De todas maneras, como bien lo explica Pedro Kropotkin en su indispensable libro El apoyo mutuo como factor de evolución, el agruparse de modo solidario es decir sintiéndose y pensándose como complementario de los otros tiene un fundamento biológico que deriva en una ética cooperativa. El capitalismo como sistema fundado en la competencia y el lucro hace de la desigualdad su divisa y potencia diversos mecanismos y dispositivos de disgregación social. La globalización ha dado lugar a la emergencia del epifenómeno de las “tribus urbanas”, término que resulta paradojal de por sí. Esta denominación da cuenta de ciertos vínculos lábiles, muy flexibles que generan ilusión de pertenencia. En realidad, los miembros de de estas tribus son sólo circunstanciales partícipes de gustos por cierta música o estilos de vestimenta muchas veces seudo transgresores ya que el sistema de la producción serial y la mercantilización los coopta, banalizándolos. Estas estrategias son parte del vasto operativo de territorialización biopolítica funcional a la fragmentación que aisla las disidencias y aporta a lo que Guy Debord llamaba espectaculrización de la sociedad. Es preciso revitalizar en todos los ámbitos que sea posible una solidaridad que rearticule tramas contraculturales en sentido emancipatorio y liberador". Para contactarse con Carlos Solero, enviar mail a: casolero_1@hotmail.com