El oficialismo agoniza. Su candidata hace lo que puede entre tanto buitre hambriento. La oposición sigue en silencio ante lo que ocurre. Y el pueblo padece las consecuencias. Pareciera que todo terminó cuando pasaron las internas, y a nadie le importó nada más. Las autoridades comunales se quedaron solas (algo que yo venía pronosticando desde hace tiempo), dado que los buitres de siempre ya salieron volando hacia otros lares a ver si hay carne fresca del otro lado. Y se olvidaron que, por su culpa, el gobierno actual hizo lo que hizo. Hoy, desde la ficticia vereda de enfrente, defenestran a dos mujeres a las cuales embaucaron y engañaron durante todo este tiempo. De todas formas, no se alejan demasiado de la candidata oficialista, por las dudas. Pero juegan -como novia infiel-, a dos puntas. En la otra vereda, la oposición brama por lo bajo pestes contra la actual gestión, e insisten en que pedirán una auditoría sobre las últimas gestiones. La minoría (que aún está en "plenas funciones") agradece mediante cartas a las autoridades, y se ufana de trámites que jamás realizaron. En el medio, como siempre, el caos. Caos en lo social, con pobres que corren "de una vereda a otra" viendo cual sobre viene más lleno. Caos en lo urbano, con un tránsito imposible, barro hasta la nuca y trabajos de urgencia (que si en realidad uno va al lugar en el que supuestamente hicieron algo, se encuentra con que no hay nada). Caos en todo sentido. Pero claro, todos están muy ocupados en "jugársela esta semana, porque es la última". Justamente, esta semana era la más importante para ganar votos. Para el justicialismo, un par de buenos anuncios (no de obras, sino de actitudes) les hubiera sumado una buena cantidad de sufragios. Esos sufragios de la gente que cree en los integrantes de la lista peronista, pero está cansada del "aparato peronista". Y la oposición tuvo su oportunidad histórica de demostrar que ellos sí son el cambio. Pero no hicieron nada. Silencio absoluto. En Teodelina, en los últimos días, pasaron cosas que pudieron ser tomadas por la oposición como instrumento de batalla, pero eso no pasó. No hay "oficialismo" visible. Pero tampoco hay oposición tangible.