Las elecciones muestran la cara más oscura de la ambición por el poder. Así lo demuestra la actitud tomada por varios "personajes" de nuestro pueblo, los que en cada elección "viran" de un partido al otro. Demás está decir que poco les importa el sentido de pertenencia a un ideal, a una convicción. Lo único que quieren, según parece, es "pertenecer" al poder. Digo todo esto porque según me contó una "vieja mala y lengua larga" (que además no terminó el secundario), es que desde hace un tiempo el celular del funcionario suena más de lo acostumbrado. Todos suponían que se trataba de algún tema de Estado. Pero no. Se supo la verdad cuando la ex candidata (fiel al estilo Borocotó), comenzó a llamar al teléfono fijo y se anunciaba con su nombre. Y el funcionario la atiende en términos de profunda y larga amistad. Mirá vos... En la elección pasada, una se desangraba en insultos y en mensajes contra el funcionario y el candidato actual. Y ahora se abrazan y cantan... "juntos, como hermanos....". Ahora entiendo lo de los turrones. Claro... una colaboración a la causa...
